Perfiles Urbanos
A través de un programa municipal

Ex carreros dejaron atrás sus caballos para iniciar nuevos emprendimientos

Mas familias optaron por dejar la tracción a sangre y emprender una nueva vida laboral.
En un acuerdo con la comuna, ex carreros se volcaron al rubro de la gastronomía para llevar el sustento a sus familias.
Los caballos explotados fueron entregados y ahora son libres y controlados por veterinarios.
La comuna se encargó de trasladar a los equinos a un lugar adecuado para ellos.
Toda una vida con los carros.

Del carro tirado por caballos en el cartoneo o flete diario por la ciudad, a tener su propio emprendimiento gastronómico o de servicio. Ese camino es el que ya eligió casi un centenar de ex carreros, quienes se adhirieron al programa de reconversión económica en la ciudad de Corrientes.

El programa municipal que apunta a la reconversión productiva de los ex carreros logró que las familias puedan iniciar diversos emprendimientos, desde hamburgueserías y pollerías hasta servicios de albañilería, gomería, electricidad y pintura.

Esta nueva historia la iniciaron Cristian, Jesús, Gustavo, Rocío, Leandro, Máximo y Javier, entre otros que decidieron dar un vuelco de 180 grados en sus vidas y ya tienen un nuevo horizonte productivo, sin maltrato animal. Hoy son alrededor de 80 familias de carreros que están empezando su propio emprendimiento. La adhesión al programa implica un compromiso legal que evita que los beneficiarios regresen a la actividad de tracción a sangre.

Jesús es un ex carrero de 55 años, que cuando tenía 20 vino de Buenos Aires a radicarse en Corrientes. Ahora, junto con su esposa dejaron el carro y los caballos para atender una gomería. Atrás quedaron las difíciles jornadas en que transportaba materiales de construcción, como piedra, arena y ladrillos, recayendo muchas veces todo el peso de la desgastante actividad en los equinos.

El ex carrero Gustavo, de 37 años, con esposa y dos hijos, ahora tendrá un local de expendio de bebidas. Su historia tiene matices interesantes por conocer. Era pescador, hasta que un día le robaron la canoa. Fue entonces que empezó a ser carrero reciclador, hasta que ahora optó por el cambio en su vida y entregó dos caballos y el carro para comenzar con su local comercial.

Po otra parte, está la historia de Leandro que tiene 32 años, una esposa y cuatro hijos. Hasta hace poco transportaba cartón, plástico y papel en su carro tirado por caballos, actividad que desarrollaba desde hace años. Pero para él y su familia llegó el momento del cambio, por protección animal pero principalmente para una mejor perspectiva económica y calidad de vida. Desde ahora atenderá su propia pollería, un cambio para mejorar su calidad de vida y la de su familia.

Otro caso es el de Máximo, de 53 años, que también hizo entrega de sus caballos y carros y se inició en el rubro gastronómico. El trabajador tiene a su esposa y una pequeña hija, pero hace unos años afrontó un problema de salud (ACV) que lo imposibilitó de seguir haciendo fletes. Hasta que un día supo del programa municipal de reconversión y junto a su familia emprenderá una hamburguesería.

Así, como estos casos hay muchos más. La vida de estas personas y su familia cambiaron hacia un nuevo horizonte, más firme, con más expectativas a partir de un programa integral para una mejor perspectiva económica y también de una esencial protección animal.

En este contexto es de mencionar que los caballos que fueron entregados a la municipalidad, en el marco del programa de reconversión laboral, ahora viven en libertad y en condiciones de bienestar adecuadas, con control sanitario y la asistencia necesaria por parte de veterinarios, para asegurarles una vida digna tras años de explotación.

Ahora de cara al futuro, el desafío será reforzar los controles sobre la tracción a sangre y consolidar este nuevo modelo que se implementa en la ciudad de Corrientes y que ayuda a familias a mejorar su calidad de vida.

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