Rosana, la maestra jardinera que transmite amor y creatividad en cada artesanía que moldea con sus manos




Rosana Cañete es maestra jardinera, directora de un Centro de Desarrollo Infantil (CDI), pero además buscaba algo más para sentirse completa. Con sus 50 años, y 28 de ellos dedicados a la docencia, ahora encontró en la artesanía un espacio que le completó en su vida familiar y profesional. Desde hace 9 meses comenzó con su emprendimiento de ventas de artesanías, las que crea con sus propias manos y eso fue creciendo.
Ahora tiene su tienda online, la empresa se llama RC Artesanías, lleva las iniciales de su nombre, porque comentó en diálogo con la sección de Perfiles Urbanos que es lo que la identifica. “El nombre RC Artesanías surgió porque busqué algo que me identificara, y puse mis iniciales, porque es lo que yo hago con mis manos y me identifica a mí como Rosana Cañete, que soy la dueña y a la vez la empleada de la empresa”, comenzó relatando Rosana.
Al ser consultada cómo surgió la idea de incursionar en el mundo de las artesanías, Rosana contó: “Cuando uno es docente, más aún maestra jardinera, uno tiene la creatividad, la que siempre está en la mano. El hacer dibujos, trabajar en goma eva, porque nosotros trabajamos mucho con esos materiales, es como que ya estamos entrenadas para el trabajo creativo. La creatividad siempre estuvo, aparte soy maestra jardinera desde los 22 años, entonces es algo que siempre lo hice. Pero aparte quería hacer algo más, como que había algo que me estaba faltando”, relató.
Sin embargo, dijo que no dejaría una profesión por otra: “Amo ser maestra jardinera, no dejaría la docencia por la artesanía, ni la artesanía por la docencia. Es algo que se compatibiliza y a mí me llenan las dos cosas, porque haciendo las dos cosas soy muy feliz. Incursioné en otras ramas, estudié paisajismo, que también tiene que ver con el arte, con la creatividad, con las plantas, en la ornamentación, pero no era lo mío. Y desde ahí empecé a buscar qué hacer, y esto del arte siempre hice, pero como siempre le enseño a mis hijos, si haces algo tienes que ser el mejor.
Entonces empecé a hacer talleres, iba a hacer talleres de puntillismo, falso vitró, decoupage, un montón de técnicas que comencé a estudiar, y ahí comencé con este emprendimiento que hoy me da muchas satisfacciones y en corto plazo”, contó la artesana a esta sección.
“Primero mis trabajos artesanales comencé a mostrar a mi entorno. A mis hijos, a mi novio, a mis amigas, compañeras de trabajo. Y les encantaban lo que hacía. Y ahí surgió el por qué no hacer un emprendimiento, porque primero hacía todo para mí. Eso comenzó hace 10 meses. En junio de este año cumplo un año de este proyecto”, relató.
En cuanto a cómo distribuye su tiempo para cumplir ambos roles, el de maestra jardinera y artesana, Rosana contó: “Turno mañana soy directora del jardín. Después vengo, descanso, voy al gimnasio y de ahí ya me dedico a mi emprendimiento de las artesanías. Un día es todo puntillismo sobre madera, al otro día falso decoupage, miércoles cemento, porque también hago mis propias macetas, las curo y las pinto con la técnica de puntillismo.
Porque eso lleva su tiempo, tienes que dejarlas secar, me voy organizando así. Los jueves hago cemento, los viernes me dedico a hacer mis compras, porque ya tengo los vendedores que me proveen los espejos, planteros, también hago relojes, y hay que saber colocar las agujas”. Rosana contó que trabaja sola en la elaboración de sus artesanías.
Aunque mencionó que “la ayuda que tengo es la de mi hija Karen que maneja todo lo de redes, ella saca las fotos, sube a la página del Instagram, ella me armó la página. Mi hijo Exequiel es el que me lleva y me trae a todos lados para llevar los envíos de los pedidos que me hacen, porque la gente recibe el producto en su casa, y no paga el envío. Eso ayuda a impulsar la venta”, relató Rosana.
Ferias
La premisa de la artesana es llegar a todo tipo de público con sus trabajos, que son únicos y exclusivos, “porque ningún producto es igual a otro, por el solo hecho de ser artesanal y cada producto es único”, detalló. Pero este emprendimiento personal también la llevó a incursionar en el mundo de las ferias donde está todos los domingos por la tarde. “Tengo una sobrina que hace ferias, ella vende hierbas naturales, Hierbas Lola se llama su emprendimiento. Y ella me indicó cómo llegar a feriar con las ferias de Desarrollo Social de la provincia. Ahora estoy todos los domingos a la tarde de 6 a 00 en el Paseo Iberá. Pero debo destacar que sin la ayuda de mis hijos no podría hacer todo esto”, remarcó Rosana.
Aunque valoró la importancia de las redes sociales, ya que gracias a ellas “me ayudan mucho a llegar a más gente con lo que hago. Este emprendimiento es una ayuda económica, que me sirve. No pretendo hacerme millonaria, pero mi propósito, mi objetivo a futuro es tener un local abierto que la persona pueda comprar en cualquier momento. Esto es un emprendimiento a pulmón, con fondos propios y va creciendo porque voy vendiendo”, manifestó satisfecha con sus logros.
En cuanto a qué tiene en cuenta a la hora de elaborar sus artesanías, Rosana contó que ella tiene en cuenta la necesidad de la gente, “por ejemplo, te hago un porta sahumerio, te vendo la cajita para guardarlos, también cajitas para guardar los saquitos de té, cajas para guardar el ajuar del bebé. Por ejemplo, relojes, bandejas, que uno siempre necesita en la casa para el desayuno, y también para regalar o como las macetas que también sirven para la casa. Yo trabajo con pinturas acrílicas, barniz para madera y cemento”, detalló la artesana Rosana Cañete.
Un stand en la Fiesta del Chamamé
Algo que destacó en este corto tiempo que lleva incursionando en el mundo de las artesanías fue su destacada presencia con un stand con sus productos artesanales en la Fiesta Nacional del Chamamé, que se realizó en el mes de enero de este año en el Anfiteatro Cocomarola y convocó a miles de personas.
“Imagínate, yo comencé con mi emprendimiento en junio del año pasado y ahora para enero ya tenía mi propio stand en la Fiesta del Chamamé. Cuando comencé ni lo hubiera soñado, sin embargo, fue así. Esto fue hacer algo en mi casa, y le gustó a la gente, empezó a crecer y ya fui a feriar y al toque me llamaron para el festival y la gente festejaba todos mis productos. A los tres días del festival, me quedé sin nada. Venía a mi casa a la madrugada, pintaba y terminaba más productos para tener mercadería al otro día. Me quedaba sin bandejas, sin sahumerios. Aunque no lo creas. Pero fue un desafío superado. Y con lo que vendí pude invertir más para mi emprendimiento”.
Pero lo que destacó fue “la satisfacción de ver a la gente pasar en el anfiteatro con mi sillita, mi bandeja, o mi mesita que yo pinté con mis propias manos”, contó con mucha emoción y satisfacción Rosana a esta sección.
El valor de la artesanía
En cuanto a los precios mencionó que “cuando voy a las ferias bajo los costos, así puedo llegar a todo tipo de público. Quiero que la gente tenga sus productos, y si pido caro no voy a vender a la gente común, clase media. Mis productos son buenos, los hago para que te duren siempre. Que no sea caro no significa que esté mal hecho, es porque quiero que lo puedan tener”. Generalmente el trabajo del artesano es poco valorado, sobre eso Rosana aclaró: “Algunos piensan que en las ferias encuentras baratijas, y nosotros trabajamos un montón, nosotros recibimos el producto en crudo y le damos vida a eso. Un producto no es igual a otro.
Son únicos. La inspiración es diferente para cada uno, a la mayoría de los artesanos nos pasa eso. Entonces cuando vos compras algo artesanal estás comprando algo único, y eso tiene mucho valor”.
Para finalizar, Rosana dejó un mensaje para las personas que quieren incursionar en el mundo de las artesanías, y dijo que “lo importante es que busquen lo que les gusta hacer, porque a veces tienes tu profesión y necesitas algo más, y tienen que buscar hacer lo que les gusta. Yo primero hice gastronomía y fui buscando hasta que encontré lo que me gusta, que es la artesanía, y esto me completó. Hoy puedo decir que soy feliz, haciendo lo que amo desde mi casa, aparte de la docencia