Perfiles Urbanos
Las heridas del conflicto bélico

Elma, una madre malvinera fortalecida en la memoria viva de su hijo caído en la guerra

Momento en que Elma llegó al cementerio de Darwin a reconocer la tumba de su hijo Gabino Ruiz Díaz.
La madre malvinera frente a la nómina de los caídos en la gesta de Malvinas.
Segundo viaje de Elma a las Islas Malvinas junto a soldados ingleses.
La tumba del excombatiente de Malvinas correntino.
La visita del exoficial británico Geoffrey Cardozo en su casa de Colonia Pando.

Elma Pelozo tiene 84 años y es la madre del ex combatiente de Malvinas, Gabino Ruiz Díaz, un joven soldado de Colonia Pando, que dejó su vida en la guerra de Malvinas. Tras su deceso en la gesta en el año 1982, “Cambacito”, como le llamaba su madre, estuvo durante más de tres décadas inhumado en el cementerio de Darwin como “soldado solo conocido por Dios”. Recién en el año 1997 pudo ser reconocido por su madre, cuando ella pudo realizar el primer viaje a las Islas y llegar al cementerio de Darwin.

Elma, una madre malvinera que con su fortaleza y entereza no paró, pese a sus problemas de salud, hasta cumplir su sueño de viajar a las Islas a reconocer el cuerpo de su hijo caído en la guerra. Ahora a 42 años de la guerra, a corazón abierto contó en exclusiva para la sección de Perfiles Urbanos de NOVA cómo transcurrieron estos años sin su hijo y sus sueños cumplidos, que le permitieron sanar parte la herida que le dejó la guerra de Malvinas.

Terminaba de almorzar y a punto de hacer su siesta, la mamá del excombatiente correntino atendió el teléfono y amablemente se prestó a la cronista de este medio a responder las preguntas. Con la voz entrecortada dijo: “Con mi edad ya no me acuerdo demasiado, pero, aunque pasaron más de 40 años de la guerra de Malvinas, ahora a punto de cumplir mis 85 años, se me viene a la memoria como que hoy mi hijo Gabino está en la guerra. Siempre me aferro a su recuerdo. La herida no se citariza totalmente. Pero me aferro a Dios”, relató en medio de la emoción que le produjo volver a hablar de su hijo fallecido en las Islas.

Elma vive sola con su nieta en una casa en Colonia Pando, departamento de San Roque y ahora atraviesa el dolor de haber perdido a otros dos hijos: Roque y Abel fallecieron este año. Pero su fortaleza y fe en Dios le ayuda a salir adelante. Tuvo ocho hijos, de los cuales ahora solo le quedan cinco. “Vivo sola con mi nieta que me cuida, me ayuda por mi problema de salud, que estoy en silla de ruedas. Ahora que se me fueron otros dos hijos, por problemas de enfermedad, estoy tratando de salir adelante. Dios es mi fortaleza. Y escucho música, me gusta el chamamé y la música cristiana. También leo mucho la biblia. Eso me ayuda a salir adelante”, conto Elma.

El recuerdo de Gabino

En su relato recordó el momento en que se enteró que su hijo Gabino Ruiz Díaz se fue a la guerra en el año 1982: “Cambacito, como le llamaba la familia, estaba en el Regimiento 12 de Infantería de Mercedes. Yo no sabía que él se había ido a la guerra. Después de varios días, cuando me enteré que se lo llevaron junto a otros soldaditos correntinos me puse muy triste. La amargura y el dolor que invadió nuestro corazón fue algo que no podíamos aguantar con mi marido y sus otros hermanitos”.

“Pero yo fui siempre una mujer fuerte. Sin embargo, mi esposo después de la muerte de Gabino, enfermó de tanta tristeza y murió después de 13 años de la guerra. El no aguantó la perdida, porque mi hijo era su compañerito. Más allá de que teníamos otros hijos, Gabino siempre andaba con su papá. Nuestra familia nunca más volvió a ser como antes de la guerra”, relató Elma, quien, a pesar de sus limitaciones de salud, a causa de una diabetes le tuvieron que amputar sus piernas.

Sin embargo, recordó con alegría que pudo cumplir su sueño de reconocer a su hijo caído en la guerra de Malvinas. Eso lo logró luego de su primer viaje a las Islas Malvinas, en el año 1997, cuando fue a identificar la tumba de “Cambacito”. Gabino Ruiz Díaz fue el primer soldado argentino identificado y reconocido por su madre, en el Cementerio de Darwin.

“En el año 1997 logre viajar por primera vez a las Islas Malvinas y reconocer la tumba de mi hijo Gabino, ya que durante muchos años solo era un soldado reconocido por Dios. Allí estaban todas las cruces de los soldaditos caídos en la guerra. Mi hijo fue el primer soldado en ser reconocido por sus familiares. Para mí ese primer viaje cambio mi vida. Tuve mucho consuelo, sentí que algo se curó en mí, al sentir y abrazar la cruz donde estaba mi hijo, a pesar de que la herida que dejó la guerra nunca se va a cicatrizar, porque mi hijo era un adolescente, que con tan solo 18 años dejó su vida por su Patria. Esa es una amargura que siempre está en mi corazón de madre”, relato Elma.

Gabino Ruiz Díaz, el excombatiente correntino que antes de ir a la guerra de Malvinas se ganaba unos pocos pesos cosechando tabaco y vendiendo sandías en el pequeño poblado de Colonia Pando. Ni se imaginaba lo que le deparaba el destino en el mes de abril del año 1982, cuando los soldados argentinos fueron convocados para defender las Islas contra los ingleses y él fue uno de ellos.

Sin embargo, Elma no se quedó con esa primera visita a las Islas, ella quiso volver y con la ayuda de la Fundación No me Olvides, logró concretar ese sueño de volver por segunda vez a abrazar la tumba de su hijo en el cementerio de Darwin, y el 4 de marzo del año 2020, antes de la pandemia, viajó en un avión particular a Malvinas y fue recibida por los soldados ingleses con una emotiva ceremonia.

“Vino a mi casa el helicóptero que me mando Julio Aro, y me levantó desde ahí el avión privado y me llevó hasta Malvinas y allí me esperaron los ingleses con una fiesta patria. Me sentí muy emocionada con el recibimiento, porque yo no tengo rencor a los ingleses. Ellos se acercaron a mí, me dieron un abrazo, les saludé con un beso. Porque ellos no tienen la culpa de lo que paso”, relato Elma. En ese preciso momento, Malvinas se transformó en una herida y una esperanza con un gesto de hermandad entre seres humanos, sin distinción de nacionalidades.

En medio de su recuerdo vivo por su hijo caído en la guerra de Malvinas, Elma Peloso envió un mensaje a las familias de los ex combatientes: “Tienen que ser creyentes, tener fe, orar mucho, confiar en Dios. Él es el único que puede darles la fortaleza y el poder de sobrevivir a este dolor. Es un dolor muy profundo, que no tiene remedio, hay que creer y pedirle a Dios que le de fortaleza, bendiga a las familias malvineras”.

Cumpliendo sueños

Elma nació en el campo, en un lugar llamado Rosado, ubicado 10 kilómetros al sur de la localidad de Colonia Pando, en el interior de Corrientes. Ella conto que no termino todos sus estudios, solo finalizó la escuela primaria en una escuelita rural. Pero, pese a sus limitaciones académicas se considera “una mujer muy activa, muy inteligente, y eso que no estudie la secundaria, solo tengo séptimo grado de la primaria, pero desde mi infancia fue así”, se destacó.

Esta mujer sencilla, del interior de Corrientes y arraigada a la fe católica, cumplió el sueño tan anhelado, que era conocer personalmente al exoficial británico Geoffrey Cardozo, quien en 1982 inhumó con honores militares y religiosos a los combatientes argentinos en el cementerio de Darwin, entre ellos a su hijo Gabino Ruiz Díaz. “Cardozo visito mi casa de Colonia Pando hace un tiempo, en un emotivo encuentro donde pude estrecharme con él en un abrazo y agradecerle lo que hizo por mi hijo”, contó.

Entre otras cosas, también la mujer se hizo muy conocida por su historia malvinera que llegó al cine. El año pasado se estrenó el documental “Los sueños de Elma. Historia de una Madre de Malvinas“, del director Miguel Monforte.

El largometraje muestra las alternativas que vive Elma Pelozo, madre del soldado fallecido en Malvinas Gabino Ruiz Díaz, quien confió en el proyecto impulsado por la Fundación No me Olvides para restituir las identidades de caídos argentinos en la guerra que durante más de tres décadas permanecieron en las islas como “soldados solo conocidos por Dios”.

Cabe señalar que Elma también formó parte de “Matria”, otro documental sobre Malvinas que recorre las historias de las madres que perdieron a sus hijos en la guerra.

Es de destacar la lucidez de Elma Peloso al momento de la entrevista con este medio, ya que en Argentina no quedan muchas madres de caídos de la guerra que estén lúcidas, y esto se debe a cuestiones obvias como la edad.

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